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Su aguijón más agudo es solamente un blanco fusil usado en ceremonias sin verso ni rima.

Su designio es el destierro, no puede vengarse ni halagar a nadie de una manera espiritual, lo que quiere es siempre menos de lo que tiene, tal vez confía en el brillo de su enana estrella. Un aire de ignorancia le rodea.

Al cumplir nueve años le regalaron un gato negro y aprendió el arte de reír, se embriagó a solas. También aprendió a creer (por así decir) en la primitiva culpa, por consiguiente, incluso en la mayor alegría de su vida, sigue sufriendo.

Debo ser común – piensa–.

Ahora mismo decide entre detenerse o seguir caminando en un ilimitado paso cebra.

Quizá la violencia se ha convertido en su hábito y encuentra placer en lo “absurdo”.

No hay quien le impida amar usando la menor energía posible. La luz del sol le causó ceguera en el ojo izquierdo, por eso ahora busca un sol más claro, lo bastante brillante para lanzarle su último grito.

Saberse “solo” le despreocupa. Le gusta afirmarse en la sombra de cualquier cosa y continuar deambulando en su existencia.

El conocimiento es como una nube, piensa, mientras suelta una carcajada al viento.

 

 

 

2-------------------------------

Por un instante y después de dirigir mis pasos hacia ninguna parte, pacientemente y con infinito cuidado escucho atento el único sonido que he esperado. Dejo a un lado las antipatías mutuas firmando cincuenta veces mi libro rojo. Hundo cuarenta y siete veces la cuchara en el plato de sopa tibia, sin carnada. De ahí mi éxito, el de todos, el de aprender a vivir en la repetición. A esta hora duermes, y a esa hora te despiertas. Masticas cuarenta veces. Tragas. Te limpias. Nos atraviesan los rituales.
Siéntate a mi lado, toca mi cuerpo siempre tenso ante la posibilidad de envejecer. Te haré creer que todo es permanente. Permíteme expresarme con la autoridad del silencio.
Siento vértigo cuando me miras como si me envolvieras en oro.
Te miro en el espejo y te acercas sin saber dónde. Vemos caer múltiples hojas en un montón de estiércol. Llevas en las manos afiladas tijeras y cortas las puertas. Lo sabemos; bajo todo esto hay algo muy importante pero aquí estamos rodeados de murallas. Alma.

 

 

3---------------------------------------

Recibí mi primera invitación formal para asistir a un agasajo navideño en mi trabajo donde voy a cumplir un año como profesor del taller de artes plásticas. 

La invitación decía: señor C lo invitamos cordialmente al agasajo navideño el día tal a las 16h00. 

El día llegó y me he puse mi único pantalón de agasajos, tiene un hueco en la rodilla izquierda, y una mancha de pintura acrílica roja como casi toda mi ropa. Llegué 15 minutos tarde, vaya. Esperamos otros 15 minutos para empezar. Nos invitaron a ingresar al comedor y por causa cabalística me ha tocado sentarme al lado A, el director del conservatorio, y frente a un profe que saludo todos los días pues su clase está al lado del lavamanos y lo encuentro cuando voy a lavar los pinceles al final de la clase. 

Entonces el típico silencio de los que no se conocen aún bien, pero los últimos días he revisado un libro donde subrayé esta corta pero clara sentencia: Enfrenta tus miedos. Y la he pensado en el camino. Enfrenta tus miedos, entonces le pregunté. Y usted, ¿qué toca? Tuve que repetirle la pregunta porque la dije casi que /solo en mi mente/, es algo que me pasa seguido, pero le dije otra vez, usted ¿qué instrumento toca?, El violín, dijo. Para eso el director ya nos había dado la bienvenida y había tomado medio vaso de vino tinto para dar el discurso, es más tímido que yo pero el director es el director y tenía que hablar.

Los platos empezaron a pasar y tuvimos que hacer cadena porque el bar quedó muy pequeño para la cantidad de profes que éramos. Empezamos a comer y a disfrutar el menú, pollo en salsa de ciruelas y arroz verde y ensalada Tchaikovski (¿existía eso?) terminamos y el vino iba pasando por todas las cabezas. Las risas se hacían más y más fuertes, se empezaban a hacer grupos de amigos y yo ya había empezado una interesante platica con el profe de violín, que si desde cuando era profe, que donde había estudiado, y eso de las pedagogías New Age. Bakan. Luego tenía que ir a clase pues un alumno llegó al conservatorio. El director empezó a repartir unos chocolates a cada profesor. Directamente importados de Cracovia nos dijo. Aplausos. Y cuando todos teníamos nuestros chocolates y nuestra tarjeta de felices fiestas dentro de su respectivo sobre y con nuestro nombre y a apellido impreso el bar se iba vaciando, yo me había apoderado de una caja de vino y había empezado a repartirlo. Entonces quedamos nueve profesores, el señor del bar y el director (el director siempre está).  Me había quedado mirando una impresión de un cuadro de Picasso (un bodegón cubista). Un profe se acercó y me preguntó, he! vos tienes más vino, y yo. Sí. Es decir, ¡sI! Tomó asiento y empezamos a platicar, es director del coro del conservatorio y da clases de solfeo. A parte de dar clases en colegios y demás. Le conté que hago video arte y que si le interesaba poner música en mis videos. Ha dicho que sí y escribió su mail en la contra carátula del libro que encontré en la basura la noche del concierto de Calle 13 en Quitumbe.  Incluso dibujó un pentagrama y lo que se supone es un fragmento de melodía, yo le hice un retrato. Llegaron más profes que habían salido al patio a fumar. Llegaron ellos y llegó una botella más de vino. Yo debía estar en otro lugar así que entre despedidas efusivas, deseos navideños de próspero año nuevo salí del conservatorio. Llovía levemente, lo suficiente para que decida ir caminando al lugar donde debía estar. Llegué estilando. Estaban mis amigos I, A y F, me prestaron un saco y dijeron que debían estar en el trabajo en media hora, así que me ofrecí a salir y encontrar transporte. Llegué en el taxi, subieron y fuimos para el bar donde trabajaban. Esa noche en el bar conocí a H y me prestó un libro de Roberto Bolaño, Los detectives Salvajes. 

 

 

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Christian Tapia
Nació en Quito, es Artista Plástico y Profesor de Dibujo. Tiene una especial afición por la lectura de textos encontrados al azar. Siempre lleva una libreta para tomar apuntes de lo que sea y de quién sea. Cree en el Dadaísmo como estilo de vida y encuentra en el dibujo una manera de comunicarlo.

 

https://www.instagram.com/christiantapiaenriquez/

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